"De pronto, esa persona se hace más y más importante, sin razón, y la angustia crece cuando no está" |
Pov Molly
Nos quedamos abrazados por un largo rato, me hacía tanta falta una persona en quien confiar, Gabe era parte de mi vida y le amaba completamente, sentía que la confianza era libre, pero siempre que lo veía, que lo besaba incluso con un simple abrazo, todo me recordaba a James, al roce de sus labios con sabor a fresa, su rubio cabello tan luminoso que me gustaba acariciar, sus ojos azules que te hundían en su alma, todo. Lastimaba saber que no podía amar a nadie más de esa misma forma, con la misma fuerza, con la misma pasión, con el mismo deseo, con el simple amor que yacía y destrozaba mis entrañas como fuego prohibido.
Pero con Henry era distinto, apenas y le conocía y él no parecía interesado en mí como mujer, si eso era así, sería todo tan fácil. De pronto me pregunté ¿cómo es que habían chicos enamorados de mí? No es que fuese una hermosura, un diamante en bruto o algo parecido, no lo entendía, eso me pasaba por meterme en un mundo que no debía, conocer a mis padres reales había sido, simplemente maravilloso, tocar sus rostros y sentirme por primera vez que encajaba en ese mundo. Pero el destino siempre me llevaba a un precipicio sin fin, en donde nada podía ser bueno ni feliz para mí, todo tenía que irse a la mierda. Y siempre tenía que albergar esperanzas, pero las esperanzas caían, como la muralla china, destruida. En ruinas mi corazón mantenía. La muerte de mi hermana había sido de las cosas más duras que me había podido pasar, no se sentía bien. No se sentía bien haber perdido a James, no se sentía bien tener que encargarme de un reino, ni estar embarazada de un hombre que no me quería, no se sentía bien que Gabe me apoyara y me amara mientras yo no podría corresponderle su cariño y su entrega. Nada se sentía bien, más bien todo estaba en el vicio del dolor. Quería huir, volver todo, abrazar a Mack, nunca haber conocido a James, haber seguido viviendo en su mentira, en la adopción. Todo sería un poco más fácil, ya me las hubiese arreglado para enterarme de mi inmortalidad y mantenerlo en secreto o contárselo, solo a mi familia. Extrañaba a mi apuesto padre adoptivo, a mi madre querida, y a Mack, la extrañaba y me dolía todo el cuerpo. Me di cuenta lo egoísta que había sido, no había pensado en mis padres...se les había ido una hija, y ahora la otra estaba muerta. Necesitaba hacer algo, necesitaba algún plan para decirles a mis padres todo. Pero ya nada era igual, todo en mí, todo estaba hecho un lío. Tragué saliva, y me lamí los labios resecos. Me separé de Henry y me limpié las lágrimas que ya no caían. Puse mi mejor sonrisa.
-Soy y seré tuyo, siempre. Tu solo pide, tu solo manda, yo obedeceré. Necesitas apoyo moral Molly, necesitas un hombro en el que llorar, no he conocido chica más fuerte que tú, con un reino encima, un bebé en su vientre y un padre desaparecido...debe ser más duro de lo que pensaba. Eres fuerte y puedes salir de esta, no estarías aquí sino fuera así. Debe haber alguien que te apoye... y ese alguien puedo ser yo.-Henry parecía tan sincero y tan sutil, no me miraba como esos malnacidos que pensaban solo en sexo o en conquistarme, él era sincero, él me quería y lo podía ver. Me quería proteger, y yo lo permitiría, de verás que lo necesitaba, demasiado.
-Yo...he pasado por un sin fin de problemas, todos relacionados con este mundo, he perdido tantas cosas buenas de mi vida, y albergo varias que pueden renovar mi vida a futuro-me acaricié el vientre abultado por inercia, mi bebé pateó, y yo sonreí, ya no dolía, ahora me engrandaba el corazón, hacía que mis ansias de ser madre se volvieran permanentes, ¿acaso debía importar el padre? No, solo yo. Era mi bebé, y yo estaría preparada para traerlo al mundo, estaría preparada para darle muchísimo afecto, estaría muy feliz, así no me casara o si estuviese en matrimonio. Él estaría siempre en mi vida de ahora en adelante-y Henry te agradezco esto, el apoyo que me das...me ayudarías demasiado...Necesito un verdadero amigo.
-Lo tendrás...
-Necesitaré un hombre capaz de resistirse a mis cambios de estado de ánimo...
-Lo tendrás..
-Necesitaré un hombre que me sonría así me equivoque
-Lo tendrás...
-Necesito un hombre que me saque del precipicio en el que permanezco...pero que sus intenciones solo sean de amistad..
-Lo...tendrás...
-Necesito más que un consejero, un hermano que nunca pero nunca me falle...
-Lo tendrás...
-Necesito que me cubras y me protejas, que acerques tu más sincera amistad, no un trabajo, una amistad...
-Lo tendrás.-puntualizó. Sonreí y él también.
-Entonces...empecemos.
Él se levantó con decisión y empezó a abrir la puerta.
-¡Hey! ¡No!-me miró y cerró la puerta, pasó su mano por su nuca avergonzado.
-No volverá a pasar.
-No, entiendo. No hay forma de salir.
Pareció que su mente vagaba en su memoria.
-¿Cuánto sabes de hechizos poderosos Molly?
-A..A..Algo...
-¿Qué tu maestro no te enseñaba nada?
Bajé la cabeza sonrojada, no lastimada, meramente sonrojada.
-¿Qué?-preguntó.
-Mi..mi maestro era James...-Henry se acercó y me abrazó, vaya que era corpulento y perfecto. Por primera vez al mencionar su nombre no me quebré por dentro.
-Sí sigo así, estoy haciendo todo mal, ¡rayos!
-Ya...¿qué ibas a saber? No me molesta.
-Ok, si tu lo dices...bueno, sabes algo...practica un hechizo. Soy ángel pero tengo variados conocimientos en la magia..
Asentí.
-Tienes que hacer un hechizo antiguo sobre tu vientre..
-¿De qué es? No voy a matar a mi hijo...
-No lo harás Molly, solo hazlo.
Cerré los ojos.
-Repite conmigo, haciendo movimientos circulares sobre tu vientre.-asentí.
-A luna mater mea spiralis ad alvum sine nostra licentia.
-A luna mater mea spiralis ad alvum sine nostra licentia-repetí.
Sentí un pequeño espasmo en mi vientre y abrí mis ojos rápidamente. No había vientre.
-¡Oh Dios! ¡¿Qué le he hecho a mi bebé?!-me alarmé.
-Tranquilidad Molly...
-¡Dime canalla! ¡Dijiste que no lo mataría!-lágrimas empezaron a bajar por mi rostro.
-¡No lo mataste!-gritó-Es un hechizo para las madres que en tiempos remotos tenían que lucir cuerpos perfectos. Eran llamadas 'Las Mujeres de Oro' pues, fueran reuniones del rey, o del duque, en fin, siempre iban perfectas, todos las admiraban, porque nunca mostraban embarazos y cuando menos pensaban nacían, nadie sabía que truco hacían, o si eran de distinta especie...en fin...tu hijo sigue ahí, pero has hecho que tu útero redujera.
-Yo..lo lamento Henry.
-No importa, fue un desespero nada más..
-Estoy en la mierda, no sirvo ni para lo que soy.
-No digas eso.
-Ya, no necesito que me defiendan de mí. Y gracias-me toqué mi estómago plano, y sentí varias pataditas.
Mami, no te enfades con Henry, él es buena persona, solo te ayuda, no puedes confiarte de nadie, tu misma lo sabes, hay Oscuros, que están del lado opuesto al tuyo...debes cuidarte las espaldas, y no puedes sola...él será tu guía mamita querida, solo ten paciencia, yo estoy bien, este hechizo te favorece y sigo desarrollándome muy bien...
¡Excelente!
Sonreí, y una lágrima cayó por mi mejilla
¿Porqué lloras mami? Si mami llora no puedo ser feliz...
Me sequé la lágrima de mi rostro. Y sonreí
¡Así está muchísimo mejor!
Suspiré.
-Entonces ¿qué vamos a hacer?
-No lo sé, princesa, lo que quieras...
-Quiero pasear por el pueblo un largo tiempo y divertirme.
Henry sonrió y asintió
-Como la princesa instruya...
Sonreí.
-Gracias...
La tarde fue simplemente maravillosa, me sentía libre, pude saborear de todo, pude sentirme viva, Henry era increíble, era sofisticado, querido y paciente...todo lo que necesitaba en un amigo. Hicimos locuras, como usualmente lo hacen los adolescentes, lo cual me hizo sentir libre, se los presente a Linda y Joe, a todos los demás chicos, el menos contento fue Gabe, y todos lo molestaron diciendo "los celos asesinas Stuare" o "Eres un aguafiestas, Molly se aburrirá de ti" cosas estúpidas, Henry le dijo que no haría nada. Y Gabe empezó a agradarle, aun había tensión entre ambos, más por parte de Gabe que de Henry, pero esto era bueno, mi chico debía tener admiradoras y ya casi no pasaba con él...
Finalmente regrese con Henry y Gabe al castillo. Henry se disculpó para decir que debía ir a desempacar. Gabe solo bufó.
-Amor...que modales tan feos-le sermoneé.
-No me gusta que tengas un "consejero" personal. ¿Es qué tu madre le gusta verme sufrir de celos? ¿Porqué un hombre?
-Porque si, no empieces Gabe...si no te agrada puedes ir...-pero me plantó un suave besó en los labios.
Alguien carraspeó detrás y me separé de Gabe.
Henry nos miró. Y Gabe gruñó.
-¿Qué ya no puedo darte un beso? Metiche.
-Lo lamento mucho, no fue mi intención..
-No te preocupes Henry, Gabe vete, ya descansa...tienes un genio...
-Ok.
Se fue furibundo.
Me despedí de Henry y subí a mi habitación, me quedé dormida, no tuve pesadillas, ni sueños esa noche. Mi mente estaba en blanco totalmente. Eso me ayudaba demasiado, sonreí en la cama, por fin algo de paz...Henry era como una pasta para el dolor de cabeza...